Hace unos años, dirigía y producía el documental Re-naissances que retrataba la vida de cuatro migrantes LGBT en París, Francia. Mientras más investigaba, el proyecto modificaba mi percepción sobre lo que implica ser extranjero y pertenecer a una minoría sexual. También lo que es abandonar tu país por discriminación, falta de oportunidades o, directamente, hambre. En un punto, empecé a acercarme a una realidad conocida, pero invisibilizada. El mundo de la trata de mujeres trans latinas en Europa y la prostitución internacional. De ahí nació Pucallpa y también, el perfil de su protagonista, Elsa.

La historia está basada en hechos reales y dedicada a la memoria de Vanessa Campos, una peruana trans que fue asesinada en el Bosque de Boulogne en París 2018, víctima de crimen de odio. Una mujer trans como las miles que dejan sus países de origen buscando una mejor vida y terminan por el crimen organizado de la trata por explotación sexual. Además de lidiar contra los cánones de un mundo blanco y patriarcal, y con la obsesión de cierta categoría de hombres cis hacia ellas.

El proyecto, de esta forma, aborda dos grandes temas. Las dificultades que atraviesa esta minoría sexual, pero también la inmigración hacia las grandes capitales occidentales, un asunto que sigue siendo recurrente dentro de mi trabajo cinematográfico. Y que, además, es parte central de mi vida: soy un peruano radicado en Francia desde hace varios años.

En el proceso de escritura, tuve la suerte de viajar a Seúl para una residencia artística. Era mi primera vez en Corea del Sur. Quedé sorprendido por un país altamente tecnológico, pero todavía muy conservador con la sexualidad femenina. Esa dualidad influyó directamente en el guion y tomó la forma de un segundo personaje femenino, Yena, una mujer de alta sociedad coreana, con un futuro que debía ser brillante, pero se tuerce cuando conoce a Aymeric, galán francés, blanco y conquistador europeo. La relación resulta inaceptable para su familia. Para mantener su libertad, ella abandona su país y se convierte en una migrante más en Francia.

Cuando Yena conoce a Elsa, compenetran a partir de su condición de migrantes en una ciudad cosmopolita, soñada por el extranjero, pero difícil en el día a día. Ocurre lo contrario con los dos personajes masculinos, Ayméric, francés, y Sergio, un proxeneta latino. Sus orígenes sociales son diametralmente opuestos. Pero los iguala un mismo sentimiento: ambos se enamoran apasionadamente de Elsa, mujer misteriosa y andrógina. Este echo afecta a los cuatro personajes en niveles distintos. Yena, por ejemplo, se ve confrontada a la orientación sexual clandestina de su esposo francés.

Por último, es importante precisar que la historia se mueve en tres espacios bastante distintos entre sí, incluso contrarios, Pucallpa, París y Seúl. Lugares que representan las trayectorias de ambas mujeres en un mundo que, a pesar de la globalización, sigue siendo limitante.